Si nos tocan a una nos tocan a todas

. 

RETENIDA INHUMANAMENTE IN TRASLATION

. 

(no hay imágenes, claro, para qué meterse en más líos) 

Y ahora, siempre los mismos miserables, han ido por mi otra "nieta". 

Anoche la recogí, en el metro, llorando y en plena crisis nerviosa y de hipertermia (más de cuarenta grados de temperatura corporal de fijo, casi me abraso al abrazarla), porque cinco matones a sueldo presuntos vigilantes jurados la acorralaron (tiene dieciocho años) y casi acogotaran contra la pared por la terrible agresión de escupirle a uno de ellos, el más desmadrado de toda la inmunda cuadrilla. 

¿Qué pasó, miserables? ¿la chica tenía pinta de antisistema, y, por lo tanto, esa era vuestra ocasión para luciros, se "iba a enterar" esa "mozuela"? 

Y, ¿desde cuándo es función vuestra intentar adoctrinar a nadie? Porque, que yo sepa, vuestras competencias comienzan y acaban por tomar nota de la presunta infracción que hayan podido cometer los pasajeros, Y NADA MÁS, al más mínimo problema, están en la absoluta obligación (como bien que hacen en tantas otras ocasiones, como comento más adelante) de llamar a los mossos d'esquadra, y abstenerse de cualquier otra actuación excepto la estrictamente imprescindible para asegurar la permanencia del sujeto hasta la llegada DE LA ÚNICA AUTORIDAD REAL, la policía o los jueces. Y salvo explícito reconocimiento de su incompetencia y su cobardía, para nada podía hacer falta, señores vigilantes, tanta gente para retener a una sola, por más desquiciada que ésta estuviera como consecuencia de la inhumana actuación de ustedes. 

Sin embargo, en una clara infracción de su propio reglamento interno, dedicaron esfuerzos y medios absolutamente desproporcionados para la finalidad presuntamente perseguida (cinco robustos agentes, insisto, para retener a una, ante todo, muy nerviosa, asustada e inexperta joven muy joven), pero, en realidad, destinados a humillar y continuar haciendo sufrir miserablemente a su víctima, mientras ésta, a la espera de mi arribada, lloraba y gritaba y se desgañitaba inútilmente hablándome por su móvil, solo hubiera faltado que los matones le hubieran robado también su, en aquel momento, único apoyo y sustento contra la locura y el atropello que estaba padeciendo. 

Ineptitud profesional absoluta demostraron también al, como hicieron ustedes,  responder con chulería, amenazas, prepotencia o desprecio, a las desesperadas aunque sin duda ofensivas imprecaciones de la joven, cuando su obligación, EN TODO MOMENTO, es la de esforzarse por CONSTANTEMENTE mostrar señales externas verbales y corporales de apaciguamiento, y no la de encima alimentar esa faceta de posible pánico o descontrol en los pasajeros. 

¿Qué son ustedes, secuaces también del nazi asesino AMT, triunfador finalmente en su batalla contra un menor y contra el Amor )? Porque, a la vista de lo que me demostraron anoche, otra cosa no puedo pensar, que pertenecen ustedes a la misma secta adoradora de la constante proclamación, por las buenas o por las malas, de la superioridad propia, especialmente cuanto más joven sea la víctima, como le sucede a AMT y su gloriosa lucha desigual contra un menor de quince años que osó no pasar por su miserable aro. 

Nada que ver todo ello con el, por contra, ejemplar, vaya, más que ejemplar, directamente indulgente comportamiento de las verdaderas fuerzas del orden, los dos mossos de uniforme, y también el secreta, que esos sí que actuaron en todo momento con comedimiento y respeto, no como el vigilante que, con altanería, chulería y desprecio, le entregó a la chica los recibos y comprobantes oportunos derivados del incidente, inadecuada conducta (y para nada fue el peor de la cuadrilla) que de inmediato fue instintivamente respondida por la joven tragándose los papeles, de nuevo en los inicios de una nueva crisis de nervios, que esta vez, afortunadamente, se quedó en unas pocas lágrimas adicionales, y un poco de dolor y rencor globales acumulados. 

Pues ustedes, igual, escoria, escoria ciudadana, y de la peor calidad, cualquier mendigo o pordiosero que se pueda encontrar uno por la calle tiene cien veces más dignidad, y más corazón, que no ustedes, a quienes mala muerte les parta, como AMT, desiertos de empatía ante las desgracias ajenas, cinco nuevos billetes solo de ida a hacia Novosibirks asegurados. 

Hace mucho tiempo que todo ciudadano que se ha querido enterar sabe que sale muchísimo más cara esa vergonzosa "seguridad" (en numerosas ocasiones, gente rebotada de las propias policías, que no los quisieron ni en pintura), que no el "delito" o la importancia social de la falta en sí: no pagar en el metro. 

Al respecto, he de consultar con mis abogados la posibilidad de emprender una querella criminal contra ustedes, por destrucción de todo el lento avance de recuperación emocional en el que se hallaba inmerso esa chiquilla, basado en la mejor terapia que existe, el amor y afecto incondicionales. 

Ahora, posible vuelta a cero, por su brutal actuación, reveladora de su ineptitud y su más mínima falta de preparación para saber diferenciar, en cada pasajero, no sólo si parecen o no antisistemas, sino también si se hallan en un estado de ánimo contrariado o enojado, pero normal, o bien se trata, a todas luces, de alguien que está padeciendo una crisis nerviosa, un niño sabría determinarlo. 

En todo caso, la procedente indemnización, equivalente a la factura de un buen psiquiatra dedicado en exclusiva a la joven durante cuarenta días (unas trescientas horas), vendrá a incrementar ese ruinoso agujero de suma y sigue que para nuestra ciudad representa el mantenimiento de tamaña "seguridad" en el metro, que en cuanto se han de enfrentar a alguien en verdad mínimamente peligroso, corren como los cobardes que son a llamar a papaíto, els mossos, los primeros que están hasta el gorro o el moño de tamaños despojos de la especie humana que aún se creen algo por llevar una indumentaria que remeda levemente lo que es un verdadero uniforme. 

Gracias, por cierto, agente al que en concreto me dirigí: aparte de esa reseñada indulgencia, supiste o supisteis reconducir la situación hacia la mínima racionalidad, y eso es algo que siempre se ha de agradecer y saber valorar, y yo lo hago. 

Y también disteis nuevas muestras de que una cosa son las Instituciones, y luego, otra las personas en concreto que las integran, son dos niveles diferentes, y me hicisteis recordar a una compañera vuestra a la que, años atrás, increpé por no proteger de la lluvia a una mujer que yacía en el asfalto por un accidente de moto, ante lo cual, enojada o no, vuestra buena compañera, infringiendo el reglamento, sin inmutarse sino muy leve o imperceptiblemente, se quitó su cazadora y cubrió con ella a la mujer.  

En cambio, esos miserables le hubieran dicho a patadas que se apartara, que estorbaba el tráfico, para otra vez los retengan e identifiquen también a todos y cada uno de ellos, eso les pido, por favor, todos y cada uno de ellos, a ver si así, para otra vez, al menos no se quedan allí mismo, en animada tertulia, y sin dar palo al agua, comentando, qué duda cabe, su nueva hazaña, o recordando hazañas o tropelías similares que hayan ido cometiendo en sus rastreras y hediondas vidas. 

No se quejen, hubieran tratado en todo momento a la chica con la dignidad y respeto que toda persona, CON O SIN BILLETE, se merece, el resto es delinquir aprovechándose de que la "ley", o sea, el fascismo, está a su favor. 

Saludos, Salud y SOLIDARIDAD.

ET & forrest gump, el "abuelo" de la chica. 

.. 

..