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El desembarco en los Barrios y la posterior ruina.
Querido lectorado:
Primero de todo, gracias, estimada Ivana, pues tu creencia (seguramente infundada) en que yo pueda tener algo de interés que decir o comentar sobre el movimiento del 15M, me ha animado a, por fin, proseguir con el relato, desde mi óptica, de dónde descarriló ese magnifico, espontaneo movimiento lleno de vida, hasta el punto de que, como ya expliqué, a mi me resucitó, y aún le debo la vida.
Y ahora, sin más preámbulos, y recordando que me estoy refiriendo en todo momento al caso de la ciudad de Barcelona, entremos ya de lleno en el asunto: no hay fotos, por ahora, quizá algún día las añada.
-Créeme, eladio. Quieren llevarse el 15M a los Barrios para matarlo.
Estas premonitorias palabras me fueron dichas en confianza por una de las personas desde el principio más implicadas en proveer de todo aquello básico que permitiera (y permitió) que la prolongada acampada en Pça. Catalunya, en líneas generales, se pudiera desarrollar sin más inconvenientes que los que nos provocó (crecientes) el lumpen proletariado badaloní que nuestra guardia urbana fue tan amable de invitar a nuestra fiesta, como muy bien sabemos todos y todas quienes pasamos muchos días bastantes horas nocturnas por aquel por lo demás muy estimado paisaje alternativo.
Y aunque pienso que (salvo en casos concretos como el de Sants) mi amigo se equivocaba de medio a medio en cuanto a la intencionalidad, no lo estuvo, sin embargo, respecto a los resultados prácticos reales finales.
Así, y tras la precipitada salida forzada de la pça. Catalunya (cuya génesis y desarrollo ya he relatado), la situación que se produjo en general en los barrios fue la de encontrarse con unas fuerzas nada despreciables (fácilmente ochenta, cien o hasta más personas en esas asambleas, doscientas o más en casos como el de Gràcia) que, o bien mecánicamente tendían a reproducir las, a la sazón, recién abandonadas asambleas generales, masivas "at the Round of Catalonia Square", sin tener ningún objetivo fijo y concreto en el cual centrarse, o bien fueron salvajemente atacadas por quienes, en vez de ejercer una sana pedagogía (respecto a la necesidad de PAULATINAMENTE imbricarse de verdad con el territorio, en base, no hay otra, a recoger y acercarse a las problemáticas específicas que podría plantear o tener la población de esos barrios), por el contrario usaron y tiraron a fondo de su mejor conocer y concienciación para abofetear con ella a la despistada gente que aún continuaba, ingenua e inexperta, pero nunca malintencionadamente, creyendo que es posible cambiar el mundo desde arriba, desde la nube de una asamblea numerosa, sin necesidad de bajar tan en detalle a saber qué le ha podido suceder en concreto a la señorita Paquita, por decir algo.
Fatal. A veces, puede hasta ser legítimo, en determinados casos, "usar" de esa mayor conciencia o concienciación propia para fustigar con ella a quienes, reiteradamente y por infantiles encabezonamientos, insisten en negar que la Tierra pueda ser redonda por la mera razón de que esa es una idea que les desagrada. Pero, para nada, era ese mayoritariamente el talante o actitud de quienes, aún esperanzados por el número, comenzaron a pensar que, tal vez, incluso en los barrios aquello podía progresar.
Y así habría sido, o al menos podido ser, si la salida de Pça. Catalunya hubiera sido ordenada, con objetivos claros y concretos, medidas de coordinación bien definidas y delimitadas, y con un total alejamiento (al contrario de lo que realmente sucedió) de dinámicas de enfrentamiento campo - ciudad, o lo que es lo mismo, traducido a este caso, duelos o pulsos entre las asambleas de barrios y la de Pça Catalunya Central.
Sin embargo, cosas elementales que deberían de haber estado previstas, como la medida de aprovechar ese aún nutrido número de asistentes a las primeras asambleas de Barrio para, a su vez, subdividirse en nuevas asambleas de zonas menos extensas, más delimitadas aún, con lo que ello hubiera implicado de aún mayor cercanía para la gente de ese movimiento nuevo, espontáneo e innovador, cosas tan simples nunca fueron llevadas a cabo.
Porque, en buena hora iban a estar dispuestos los y las zorrocotrocas que durante tanto tiempo estuvieron esperando el desembarco de los nuevos "pardillos" para debidamente "aleccionarlos" de lo que correspondía hacer, como para correr el riesgo de que, ahora por nueva dispersión, pudiera escapar nadie de su férreo "control de absolutamente todo" a que son tan adictos estos zorrocotrocos, buenos y malos de alma, que jamás serán capaces de hacerse un planteamiento más allá de sus chatas narices, si no es que alguna de sus vacas sagradas o popes se lo consiguiera llegar a hacer ver.
Esos dos factores (la no dispersión a más plazas y la contundencia doctoral de quienes sí sabían más), y no otros, estuvieron en la base del progresivo debilitamiento que padecieron absolutamente todas y cada una de las asambleas 15M de esta ciudad de Bcn, y me temo que no solamente de Bcn o Catalunya en general.
Sólo en Ciutat Vella tuvo éxito, de entrada, esta subdivisión en unidades menores, y ello fue no porque se buscara como decisión, sino sencillamente porque, ya de entrada, sucedió así, nacieron las cuatro (bien, cinco si contamos la gente que, bien que mal, también va haciendo la suya en Catalunya Distrito Federal, una realidad aún por reconocer de forma "oficial"), cada una por su cuenta: el resultado, que, a día de hoy, siguen siendo las asambleas 15M (por llamarlas de alguna manera) menos muertas e insanas de todas, y además, tienen en su haber el indudable éxito de, mejor o peor, haber constituido un núcleo permanente de personas comprometidas allí donde, hasta el 15M, no existieron esos imprescindibles comités de barrio o como queramos llamarlos que han de existir para poder plantar cara, efectiva y eficazmente, al sistema criminal que nos sigue gobernando.
Y, en el extremo opuesto, tenemos el Barrio de Sants.
De entrada, y para aclarar las cosas, permitidme que, por un momento, os pida que os metáis en la piel de cualquier ministro del Interior (¡vaya yuyo!, lo comprendo :-) , pero atrevámonos por un momento), y decidme si a vuestros efectivos secretos y confidentes los distribuiríais de cualquier manera, a voleo u homogéneamente por toda la ciudad, o si, por el contrario, por supuesto que los concentraríais allí donde fuera mucho más patente y visible la existencia de respuestas organizadas y contundentes contra el sistema.
Bien, pues los ministros o consellers de Interior reales han hecho exactamente lo mismo, y esa es la gran tragedia de Sants: está repleta de policías y miserable infiltrados que, bajo una capa (y hasta un prestigio) de progresismo a ultranza, en realidad matan, asesinan cualquier atisbo de felicidad o asomo de intelectualidad que, accidentalmente, pueda surgir por aquí o por allá.
Así, dominan en Can Vies, que irremisiblemente se perderá, dominan en los supuestos grupos antifascistas (gente que hasta te pueden meter una galleta por menos de nada), habiendo sido siempre fuente de alimentación de confrontaciones gratuitas y violentas con los otros fachas, "los oficiales", y dominaron desde el principio, cómo no, en la asamblea 15M de Sants, hasta el extremo de que, pese a haberse definido en todo momento el 15M como un movimiento ante todo pacifista, no tuvieron mejor idea esos desgraciados (infiltrados, o bien meros subnormales profundos que se creían y se creen la hostia de progres y comprometidos, que de todo hubo) que poner de referente de "enganche" a la movida el muñecote a escala natural de un miliciano de la Guerra Incivil, armado, y que encima, para más recochineo, hasta también se apellidaba Puig, igual que el criminal que, como burla a la más mínima credibilidad que pudiera albergar aún este sistema, sigue en Catalunya al frente de las responsabilidades de Interior, cuando su sitio y destino, evidente es, sería el de recibir cada día unos cuantos pelotazos de goma, ocupar una de esas celdas a las que tanto le gusta enviar a la gente, o mejor aún, resultar "agraciado" con billete tan solo de ida hacia Novosibirsk.
Y la propaganda de que dotaron al tenderete ---[ inciso: mira por donde, los primeros días, mientras existía el riesgo de que aquello pudiera crecer y crecer, no hubo problema alguno en mantener ese puesto, para espantar a la gente de bien, mientras que, cuando más se necesitó, cuando se hizo el desembarco efectivo en las plazas, entonces nunca más encontraron ya la "oportunidad" de colocar tal punto informativo, no fuera que, por existir en esa ocasión, pudiera convertirse en un factor de crecimiento, y no de descrédito, como lo fue en aquellos primeros días y semanas. - fin del inciso ]--- fue en exclusiva la del radicalismo especial vomitivo y vacío que les caracteriza, o sea, algo que cumplió a las mil maravillas su objetivo de espantar debidamente, desde el primer día, a la ciudadanía normal que, por supuesto, ni harta de vino o potingues estaría dispuesta a sumarse a un movimiento de asesinos como, a todas luces, era sin duda el modelo previo 15M propuesto de facto en Sants.
Conocedor de, junto a la magnífica gente, la m..... integral que por ello aloja ese barrio (pues no en vano es el mío desde hace más de treinta años), yo me resistí con uñas y dientes hasta el final a aquel desembarco en ese barrio en concreto. Pero, una vez no hubo vuelta atrás, por allí aparecí... para comprobar, horrorizado, que el nivel de burocracia que habían de superar, para siquiera llegar tal vez a debatirse algún día, las propuestas de quien fuera (siempre y cuando no se trataran de las iniciativas de alguien del "núcleo", en cuyo caso podían salir adelante en cuestión de un cuarto de hora o menos, y sin ninguna traba, mientras que las demás venían sometidas a un proceso de semanas) era incluso como un centenar de veces superior a la ya preocupante burocracia existente en Pça Catalunya.
Normal, control letal por parte de las fuerzas de seguridad infiltradas del estado en ese barrio, porque si allí, en efecto, el movimiento 15M hubiera podido sanamente prosperar, y se hubiera producido, a su vez, esa dispersión hacia asambleas aún territorialmente más cercanas a la gente, más el bagaje válido que acumulan los y las numerosas luchadoras buenas y valientes de Sants, el sistema se hubiera encontrado, en efecto, con un severísimo problema, muy probablemente, con incluso un cierto nivel insurreccional... aunque por supuesto totalmente pacífico, la violencia sigue siendo el argumento y patrimonio de nuestros miserables enemigos, no el nuestro.
Así que esos fueron los dos extremos: por una parte, la bisoñez y la buena intencionalidad (reducida a poca cosa por ese excesivo "alarde" de conciencia de quienes, en efecto, sí la tenían y tienen superior), en sitios como el Raval, y nada que hacer mientras no renovemos desde la primera hasta la última persona implicada en Sants y que sea mayor de 22 años y menor de 55, edades límites para poder tener la seguridad de que no nos las habremos con maderos o maderas, ojo al dato, en Sants hay casi tantas como tíos, y en determinada área bastante sensible, todas las infiltradas son, si no "mosses", si, de fijo, "mozas".
Sí, se sacrificaría a inocentes con una medida así, pero es que si no, la próxima vez que una oleada de Vida e Indignación vuelva a poder aposentarse en el barrio, otra vez esa pandilla de criminales que se ganan su sueldo con ello la volverán a matar, a asesinar todo, no sin razón los denominó Lluís Llach "Asesinos de Razones y de Vidas" en su "Campanades a morts".
Volviendo al caso general, la realidad es que no había, hubo ni hay proyecto más allá de la mera continuidad como "leit motiv" en sí misma, y eso es demasiado pobre para poder atraer a mucha gente por mucho tiempo. Y la relación con el activismo de toda la vida, pues el mismo y habitual desastre, el cuento del escorpión y la rana que tenían que cruzar un río, los y las activistas "buenas" la última cosa que querían y querrían sería asesinar ninguna movida, pero, como tienen mucha más constancia, y al final aburren hasta a las vacas con sus discursos intelectualmente tan cortitos, pues eso, que al final pican a la rana, y todo se marcha al fondo del río.
Por supuesto, me ahorro, por ahora (he recorrido muchas de esas asambleas, aunque ahora tan sólo hago aparición intermitente por la del Raval), toda consideración posterior o más de detalle sobre lo que ha ido acaeciendo con esta u otra asamblea a través de este ya año y medio transcurrido. Pero una cosa sí está clara. En Sants, "mi casa", se me odia, desprecia, difama, vilipendia y margina, según toque(*), mientras que en la asamblea del Raval, en realidad hasta me aprecian, pese a que a ninguna otra asamblea del 15M he "rociado" personalmente, ni por asomo, con tantos broncazos, disgustos o desencuentros.
Y así, el Raval, aún hoy, puede tener camino y recorrido, mientras que lo mejor que podría suceder en Sants sería su desaparición radical, y que se integren en lo que ya existía desde hace muchos, muchísimos años, la asamblea social de Sants, con sede en el carrer Olzinelles.
Sí, miembros de ese colectivo colaboraron, activa que no siempre conscientemente, en matarle el alma a la asamblea 15M de Sants. Pero, como en el caso del Raval, no lo hicieron con mala intencionalidad, sino por falta de experiencia pedagógica directa con gente que, pese a su buena predisposición y actitud en principio solidaria, en realidad no tienen ni tenían la más zorra idea respecto a esa necesidad de estar imbricados lo más íntimamente posible con el propio territorio, de ahí la necedad de persistir en hacer siempre las asambleas en la pça de Salvador Anglada (pues ese es el nombre que le corresponde para los malos), cuando esa debería haber sido la primera asignatura a superar: hacer, al menos, itinerar las asambleas por sus barrios.
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(*) Nada de que "encabezonamientos, paranoias o imaginaciones mías". En los últimos años, en numerosas ocasiones, he protagonizado virulentísimas polémicas en un sínnumero de variadas listas, las de la asamblea del Raval o la lista del buen sindicato EnConstrucció entre otras, o ahora mismo, hace nada, en la lista que habilitamos para la cuestión de la huelga de hambre en movistar telefonica de Barcelona, decenas o más de veces más "salvajes y a muerte" que las en realidad muy escasas polémicas que, en la práctica (y aunque para ellos y ellas una sola ya es excesivo, no sea que despierte la mente de alguien) mantuve en las listas de Sants.
Sin embargo, nunca he sido expulsado de ninguna de esas listas, salvo de la suya, claro, la de acampadasants, por denunciar que era inicuo, y ridículo, que tal lista tuviera moderación o censura previa si se quería que valiera para algo de cara a un mundo nuevo y mejor (pues vaya m..... de valor le dan quienes optan por la censura a cosas tan elementales como esenciales tal cual la libertad de expresión), o por delitos tan graves como, el penúltimo antes de mi definitiva expulsión, informar de algo tan absolutamente ajeno, claro, al devenir de santsenques y santsencs como podía ser la resolución que había adoptado el Secretariado General de la CGT de Catalunya en torno a su jornada de Huelga General del pasado día 30 de octubre (Si, y no la de verdad, la del 14N, aunque ahí también boicotearon información)
Así que no le deis más vueltas. Salvo en el exclusivo caso de Can Batlló, donde controlan con amplio margen aún los buenos y las buenas (normal, porque allí hay que currar de verdad, en lo que puedas, pero dedicando al menos tu tiempo, y los malos son siempre además súper mandrosos y vagos), por lo demás, Sants está completamente infiltrado, y solamente hay, además, la salida que apunté: muy jóvenes y viejos y viejas (yo excluido, claro) como integrantes - indiscutidos gestores omnipotentes y en exclusiva de esas reuniones, mientras se delimitan responsabilidades de TODAS Y CADA UNA de las personas de esas edades intermedias. Si, estalinismo, claro, pero que siempre será preferible al polpotismo a que nos abocan las miserables fuerzas de seguridad, o la mera inercia, si decidimos no actuar. A mí me da igual, pues para lo que me queda de vida X-D ...
Saludos, Salud y Solidaridad :-)
ET el desalmado & forrets gump.
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